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jueves, 13 de diciembre de 2007

España, año 2050

Remigio Bertoluci Chen es un español de su tiempo. Estamos en el meridiano del siglo XXI. Este es un ser urbanita que habita en uno de los núcleos superiores a doscientas cincuenta mil personas. Poblaciones como Marmolejo o Guarroman, antaño rurales, vieron crecer sus poblaciones desorbitadamente, durante la segunda década del siglo en cuestión, merced a un desproporcionado aumento demográfico que tuvo lugar con el fenómeno de la inmigración descontrolada que comenzó a finales del siglo XX. El paisaje humano y geográfico de España sufre, durante estos años, una profunda transformación. Salvo los núcleos más alejados y ubicados en zonas de montaña con difícil acceso, tales como Santiago de la Espada o Cuevas de Cañac, en general, la totalidad del territorio ibérico se convierte en una zona del mundo superpoblada y cosmopolita. Lo que hasta los primeros años del siglo eran solo presencias humanas testimoniales en zonas rurales, son ahora una realidad mayoritaria que ha llenado las calles de color y bazares orientales. El sustrato genético de la milenaria raza hispánica, hecha a base de corridas de toros y pop de los años ochenta, ha quedado totalmente desdibujado y disuelto en el cromático paisaje humano que es ahora la realidad del país. Todo esto lo ha favorecido, sin duda, el descenso de la natalidad en el núcleo familiar español. Territorialmente España, contra todo pronóstico, sigue siendo la misma de toda la vida, ya que en medio de tanta población inmigrante y en continuo crecimiento, los nacionalismos pronto pasaron a ser un anacronismo disipado. Muy al contrario, los partidos políticos que ahora ocupan el ejecutivo abogan por la integración de Portugal, lo cual está sucediendo de la manera más natural. El partido en el poder, el PAE (Partido Argentino de España) cuenta entre sus ministros con una importante representación asiática y árabe. La oposición la ocupa un partido formado en gran parte por población con orígenes en países de Europa del Este, pero no son una oposición amenazante para el todopoderoso PAE. Los grandes núcleos urbanos como Madrid o Barcelona se fusionaron, al crecer, con las macropoblaciones limítrofes y dieron lugar a ciudades estado que son las células que actualmente articulan la distribución y organización administrativa en el territorio nacional. En los lugares donde no existían capitales de dimensiones que propiciaran la creación de este emergente fenómeno basado en la antigüedad clásica, simplemente, se siguió con la tradicional organización por provincias. Ciudades como Teruel o Jaén tuvieron un inexplicable apogeo y también se convirtieron en ciudades-estado, mientras que Valencia o Sevilla fueron disgregándose hasta fusionarse con otras provincias. La desfasada y poco operativa organización por Comunidades Autónomas quedó obsoleta en la década de los años treinta. El estado clasifica las localidades como inferiores o superiores a quinientas mil personas y en función de esta cifra se establecen los criterios y varemos que rigen el sistema tributario. Salvo en los lugares de ocio e interés medioambiental, protegidos por políticas de conservación, normalmente un núcleo urbano no cuenta con menos de cien mil almas. Localidades como Cortijos Nuevos o Patones de Arriba tienen un censo con una población superior a la cifra estándar, siendo la población imperante en la zona la de origen sudamericano. Por otra parte, la población asiática se decantó, en su momento, allá por los albores del siglo, por los núcleos urbanos más industrializados, mientras que los ciudadanos de origen árabe prefirieron ocupar las costas. Es de destacar que los europeos de la ancestral zona del telón de acero no siguieron una pauta a la hora de establecerse en la península y actualmente viven diseminados entre el resto de comunidades. El idioma de Cervantes ya no presenta grandes diferencias léxicas y de entonación a ambos lado del océano. La presencia mayoritaria de sudamericanos, durante décadas, ha dado lugar a un Castellano más homogéneo y más enriquecido en cuanto a términos y giros. El español de mitad del siglo XXI es un idioma con seseo institucionalizado, cadencia argentina, formas verbales convertidas en palabras agudas con tilde y la aniquilación del pretérito perfecto compuesto en pro del perfecto simple, amén de los numerosos neologismos y términos que cada grupo étnico ha ido incorporando. Tantos, que al español del siglo XX le resultaría una tarea ardua comprender al español de mitad del siglo XXI. Otro acontecimiento a destacar, ocurrido en la década de los años veinte fue la erradicación de la Monarquía. Felipe VI traslada su residencia a un apartamento en el centro de Madrid y vive con el recelo de gran parte de la población, que no le perdona que su padre osara mandar callar a un político sudamericano pendenciero y gorilón allá por año 2007.
Los mayores aún recuerdan los disturbios raciales que asolaron Paris a principios de siglo y los comentarios que se hacían sobre Francia, asegurando que España iba camino de convertirse en algo similar. Poco después, en las grandes capitales, inquietas por los sucesos del país vecino y acosadas por los actos vandálicos de los Latin Kings, hay un levantamiento contra ellos y se producen, durante dos semanas, sangrientos episodios de exterminio y persecución. Esos sucesos son conocidos como abril sangriento y en los debates televisivos se analizaron, hasta la saciedad, las causas por las que se produjeron. Hubo intelectuales que apuntaban la idea de que eran unos sucesos, en cierta medida lógicos, consecuencia de la dificultad para la absorción de otras culturas que buscaban su sitio.
Cuba aún sigue regida por Fidel Castro que manda decretos desde el más allá a través de una primera ministra santera que fuma Habanos y entra en trance. Persiste el bloqueo. Hace ya tiempo que se descubrió que Bin Laden se hizo la cirugía estética y pasó el resto de sus días como presentadora en un importante canal de televisión sin que nadie sospechara nada. Las tiendas de todo a un euro y los bazares de chinos y moros también desaparecieron con el desarrollo de la nanotecnología y la realidad virtual, merced a la cual, estos objetos pudieron bajarse por internet.
Remigio Bertoluci Chen, es producto de la evolución ecléctica que en este siglo tuvo lugar sobre territorio español. Su padre, de origen argentino, vino a embarazar a una china, hija del dueño de uno de los bazares orientales con más solera de la ciudad; un negocio fundado a finales del siglo XX. Por entonces ya había desaparecido la institución matrimonial y las parejas se unían, mediante contrato, para cumplir con el instinto de procreación; el cual sigue subvencionado y promovido por el estado desde la época en que un tal zp daba dos mil quinientos euros por hijo. A estas alturas de siglo, esa cantidad, supone una cifra simbólica que las parejas aún siguen recibiendo por una cuestión simple de inmovilidad legal, algo obsoleto como el hecho de que el antiguo dictador Francisco Franco aún siga siendo alcalde honorífico de Salamanca. Dinosaurios legales sobreviviendo por dejadez en medio de una legislación cada vez más tecnificada.
Desde hace más de una década, el amor es entendido y asimilado en la mentalidad colectiva como un proceso químico-cerebral con caducidad, cuyo transito es una fase ineludible. Esta actitud social ha desproveído a las relaciones entre hombre y mujer de los aspectos traumáticos que siempre habían tenido. Desde los programas educativos se imparten estas ideas. No obstante a nadie se le prohíbe la obsoleta convivencia de pareja, aunque pocos son los que viven así más allá de una temporada.
Remigio es un fiel votante del PAE y un usuario del sexo con hologramas táctiles, al igual que el resto de la sociedad. La tecnología ha permitido la democratización y la verdadera igualdad entre sexos. La antigua realidad de que eran las mujeres quienes elegían, la incómoda tiranía de la testosterona sobre el género masculino, el rechazo y la frustración sempiterna por motivos sexuales, han quedado totalmente olvidados, como el PC y la televisión LCD. Este tipo de tecnología, sin duda, ha originado un cambio social importante como en su momento lo supusieron la píldora o la manipulación de células madre y, cómo aquellos, ha dado lugar a disposiciones legales y debates éticos y científicos continuos, dado el alto número de ancianos fallecidos a causa de paros cardiacos durante su utilización. Por primera vez, en la larga historia de la humanidad, desaparece el antiguo oficio de la prostitución, como un siglo atrás desapareciera el de afilador o el de limpiabotas.
Después de practicar sexo con una de las modelos ofertadas en el sofwet, Remigio, que esta vez ha elegido una asiática rubia y ha colocado un fondo de playa desierta, tipo Cabo de Gata hace 50 años, selecciona con su chip subcutáneo una película envolvente y elige una perspectiva cenital para visionarla. La subida de las temperaturas es un hecho ya palpable desde hace apenas unos años y ahora la calle es hostil en verano. Lo que antes era el tórrido valle del Guadalquivir, ahora es un infierno insufrible, con lo cual el hogar ha pasado a ser el centro de la vida de todo ciudadano. Las características más tradicionales de la cultura latina han ido desapareciendo por motivos climáticos. Hace una década que España y los destinos tradicionales dejaron de recibir turismo en verano y son los propios españoles quienes se desplazan hasta el Reino Unido para poder tener unas vacaciones razonablemente soportables. Nuestro personaje pronto disfrutará de unos días en el norte pero de momento sobrevive en el microclima artificial del bloque de vecinos. Las costas de Noruega son ahora el centro neurálgico de la industria hotelera y sus grandes ciudades costeras son ahora la sede de la jet-set y la mafia que, paulatinamente, fueron abandonando los destinos del sur de Europa como Marbella o Benidorm.
La industria automovilística también sufrió una profunda transformación una vez agotadas las reservas de petróleo. Se ha sabido que siempre han existido energías alternativas más eficaces, económicas y limpias para la automoción, pero que el sistema de intereses financieros internacionales, que rigió la política económica en el siglo pasado, impidió que realmente prosperaran; a pesar de las pequeñas concesiones como los coches híbridos y demás bagatelas posteriores.
Tal y como algunas películas de ciencia ficción apuntaran antiguamente, ahora los automóviles no requieren de conducción humana, ya que mediante un sistema de chips introducidos bajo el piso y coordinados vía satélite con los mecanismos interactivos del auto, la circulación transcurre ordenada y segura en una red controlada por la DGT. El oficio de taxista ha desaparecido tal y como se entendía tradicionalmente y ahora, son unos cualificados operadores quienes desde un sillón y frente a un terminal nanotecnológico envían y marcan la ruta solicitada a los módulos móviles. Ser propietario de un automóvil es del todo innecesario en estos tiempos y pocos son los que lo poseen; más por la molestia y poca funcionalidad que por motivos económicos. Los autos son propiedad de corporaciones locales o de empresas, que tienen flotas inmensas en hangares, de manera que el usuario, a un precio similar al que le suponía pagar la letra del coche, el carburante, el seguro, los impuestos y demás gastos asociados a la posesión de un vehículo, puede disponer de uno las 24 horas del día, todos los días del año, para ir donde quiera y a la hora que quiera. Para ello solo tiene que subirse en el auto con su equipaje y dar la orden verbal para el destino. Durante el trayecto el usuario puede relajarse leyendo, escuchando música, viendo cine o entregado a actividades humanas diversas que requieran su total atención.
Nuestro personaje debe su nombre a una moda insólita que se impuso en los años veinte, consistente en recuperar nombres poco frecuentes o casi extinguidos tales como Fredeslinda, Hermeneslinda, Sebastiana, Eulalia, Expiración, Práxedes, Torcuato, Pascual, Leandro, Norberto, Anselmo, Baldomero, Bonifacio, Venancio, Bernabé, Calixto, Cipriano, Eustaquio, Evaristo, Hilario, Jacinto y Zacarías. Nombres como Jessica, Jossua, Richar, Cristian, Christopher, Jonatan, Saray y Soraya pertenecen a personas octogenarias que en su mayoría han tenido problemas de adaptación y de maduración a causa de sus nombres. No obstante, la peor parte la han tenido los Jossua, que sufrieron una terrible crisis de identidad en su madurez a causa del trauma que les ocasionaron los Morancos.
La vivienda es uno de los grandes logros de mitad de siglo. La gente recuerda con horror o han leído u oído hablar de lo demencial que fue este asunto a principios de siglo. Conocen este tema igual que conocen el Crac Bursátil del veintinueve, la crisis de los misiles cubanos, la peste en la edad media o la letal epidemia de gripe española, tachándolo de lacra social o suceso traumático. Aún siguen pagándose las últimas hipotecas procedentes de aquella época como recordatorio agonizante de lo que la humanidad jamás debe permitir. Ante la imposibilidad de vivir tres vidas para amortizar las cuotas, las familias, que no tenían descendencia sobre la que hacer recaer los prolongados pagos o no se la podían permitir, no tuvieron más remedio que buscar soluciones alternativas. Los bancos exigían tener hijos para conceder hipotecas hereditarias, pero la falta de solvencia, a causa de la desproporción entre los precios resultantes del euro y los sueldos, hizo descender la natalidad alarmantemente. No obstante, España alumbró una generación que nació con una hipoteca debajo del brazo. Ahora existían dos tipos de herencia: la genética y la hipotecaria. No obstante, de todo esto, algo positivo sobrevino, ya que la situación dio lugar a que los lazos familiares volvieran a consolidarse de manera que el estilo de vida tradicional, al cuidado de los abuelos en casa, recuperó mucho de sus valores desaparecidos en el segundo tercio del siglo XX. Sin duda el gran artífice del cambio en la política sobre la vivienda fue el alcalde de Marinaleda que, a principios de los años veinte, llegó a presidente del gobierno, encabezando la lista de un partido híbrido compuesto por la izquierda unida tradicional y los inmigrantes establecidos y legales con derecho a voto, los cuales vinieron a engrosar, por miles, la lista de este partido, hasta convertirlo en la primera fuerza política del país. España vio con regocijo como el gobierno hacía viviendas que amortizar con cuotas mensuales de 12 euros de la época y como los especuladores y los constructores abusivos se arruinaban a la vez que sus edificios vacíos se pudrían en los extrarradios como un gran monumento a la ignominia. Cerca o en los mismos terrenos florecieron barrios enteros de casas habitadas por parejas jóvenes.
Otro de los grandes temas que aún hoy se analiza en los tratados de economía o en los ensayos históricos es la cuestión de la implantación del euro. Se estudia concienzudamente como los políticos pudieron empobrecer durante décadas a la población hasta el punto de ahogar gravemente su economía y conseguir que nadie dijera ni pío. Los políticos de mitad del siglo veintiuno conocen perfectamente estas técnicas antiguas para anestesiar a la población y crear eficazmente la sensación de tranquilidad y bienestar cada vez que van a introducir un cambio con irreparables consecuencias. Aquel fue un gran logro para la clase política de la época si se piensa que en cualquier empresa se producían fuertes protestas y huelgas al bajarle al obrero el sueldo un tres por ciento o al congelar la subida salarial de los funcionarios. Teniendo en cuenta que, de un plumazo, se bajó el nivel adquisitivo de los españoles un sesenta por ciento y que nadie, en la gran empresa del estado, movió un solo dedo, estamos, sin duda, ante una de esas inexplicables situaciones históricas, dado el desprestigio y la falta de confianza que, ya por entonces, tenían los dirigentes políticos. A todo lo más que se llegó fue a acciones cotidianas como cagarse abnegadamente en la madre del que te cobra un euro y medio por un café, o sea, doscientas cuarenta y nueve pesetas por un producto que meses antes costaba solo cien.

Podría haber contado que Remigio Bertoluci Chen es un español de su tiempo y narrar una historia más en la ciudad, contar su solitaria, indolora y aséptica vida en el año 2050, su infartante actividad sexual, describir su bonita casa y narrar su actividad diaria mientras va a trabajar en una célula móvil reproduciendo en su cerebro una película con soporte cognitivo, pero esa, tal vez, sea una historia próxima.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo JUAN, que desde mi casa no oyes los aplausos, personas al igual que usted en esa institución vaticana, no paran de planificar esa gran mentira para mantenerse otros 2000 años.

Anónimo dijo...

A ver... Este como era larguillo me lo he impreso. Mucho mejor así, de verdad. En papel se lee más a gusto porque la pantalla emite de forma discontinua (se va refrescando), por lo que al cerebro le cuesta un poco más concentrarse. Está muy bien, la historia. Muy exhaustiva, muy imaginativa, muy condensada... Tú tampoco te tienes que aburrir nada contigo mismo :) Me ha gustado especialmente que Fidel Castro siguiera gobernando a través de una medium (yo creo que esto se cumplirá). Me parece que hay alguna pequeña contradicción en el tema familiar (no se vive en pareja pero a la vez se han recuperado los lazos familiares debido a las hipotecas hereditarias), pero seguramente soy yo que lo he entendido mal. Especialmente desternillante me ha resultado el pensamiento de que un partido lejanamente relacionado con IU fuera a resolver problema alguno, menos aún el de la vivienda, pero eso soy yo, que tengo un sentido del humor peculiar. Y finalmente, Eustaquio, mi mayordomo imaginario, se ha sentido muy ofendido cuando le he leído la parte en la que dices que su nombre es "poco frecuente o casi extinguido", pero ya se le pasará. En resumen: he pasado un buen rato leyendo tu relato y me he reído en más de una ocasión. Prolífica imaginación, la tuya.

Anónimo dijo...

Has de saber que el caso del alcalde de Marinaleda es real. Por cierto que se llama como yo, Juan Manuel. En esa localidad no hay hipotecas, merced a una política acertada de recalificación de terrenos y protección al obrero. Infórmate y verás que es cierto. Si lo ha hecho un simple alcalde, imagínate lo que puede hacer un gobierno que quiera desterrar a los buitres y hacer el bien. El hecho de que sea de IU o de cualquier otra formación política es lo de menos, yo ni derechas ni zurdo ni nada..y por supuesto aquí no lo voy a decir. Lo de los lazos familiares tiene su explicación porque hablaba de que esta nueva generación de singles convive con los obsoletos matrimonios de sus padres y abuelos. Otra cosa es lo que sucederá en el futuro con los singles y sus descendencias . Eso tal vez será una segunda parte. Oye gracias por tu sincera empatía conmigo.

Anónimo dijo...

Pues chico, me has picado la curiosidad con lo del alcalde de Marinaleda. Me parece un hecho interesante. Me lo apunto para saber más sobre él. Y lo de la pequeña incoherencia pues está claro que no lo es, sino que yo no lo había entendido bien :) Y nada, encantado de leerte. Ahora, eso sí, cuando tus relatos superen el palmo y medio me los imprimiré porque de verdad que lo he leído mucho más a gusto sobre papel. Quizás tb debería imprimirme los míos y así los revisaría menos. De verdad que a la décima relectura comienzo a volverme loco (y normalmente hay más de diez relecturas). Lo malo es que mi impresora es un armatoste. Deberes: comprarme una impresora más decente. Fíjate qué buena idea. Ah, y sobre relato me olvidé de decir que ojalá se cumpla que acabemos siendo de todos los colores y todos juntitos; pero no sé, cada vez lo veo más crudo. En fin, esperemos que seas el nuevo Nostradamus y sea así. ¡Saludos!

Anónimo dijo...

Verdaderamente me has dejado muy pensativo sobre algunas cosas que nunca me había planteado, y que considero que son, cuanto menos, curiosas, y sobre todo, interesantes.
No me extrañaría nada que muchas de esas cosas terminen de la misma forma o parecida, aunque otras creo que se necesita más tiempo para producirse.

Anónimo dijo...

Eso mismo opina un amiguete que entra por aqui de vez en cuando, pero con la velocidad a la que se están produciendo los avances tecnológicos y sus consecuencias sociales 41 años son toda una eternidad. Encantado de verte por aqui y de que te parezcan interesantes algunas de mis cosas. Un abrazo Antonio.