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martes, 1 de abril de 2008

La realidad paralela

Mi vida discurre tranquila, no soy dado a grandes excesos ni tampoco me suceden imprevistos desde hace tiempo. Podría decir que tengo casi todo bajo control: dejé el tabaco hace tres años, la cantidad de alcohol que consumo es razonable y siempre justificable, el trabajo, el camino diario hacía el mismo, las labores culinarias y demás quehaceres domésticos, mi exigua vida sexual, los fracasos con las mujeres, las decepciones con las pocas amistades que entran y salen de circulación, mi barriguita algo más que incipiente, el clareo sospechoso en alguna zona del cráneo, las dermatitis ocasionales, los bajones de ánimo, la falta de un abrazo cuando esto sucede, el sentimiento de culpabilidad por no hacer más ejercicio, mi complejo por no saber inglés, la ropa amontonada en la canasta, los sustos con la salud, la cama sin hacer, el no saber qué hacer ni a dónde ir cuando estoy de vacaciones, la improvisación, mi claudicación e, incluso, la hora de despertarme sin necesidad de despertador.
Soy consciente de mis limitaciones; las de siempre y las que van surgiendo y tengo que digerir como buenamente puedo. Hasta no hace mucho tenía muchas cosas claras y, sin saberlo, contaba con algunas prerrogativas de las que no era consciente hasta que noté su ausencia. Ya no me es suficiente una cita con una chica para llegar a mayores, ahora son necesarias tres, como mínimo, hasta que accede, y sin grandes maravillas, es más, incluso tragándome mi ración de desaires, lo cual me recuerda que he perdido facultades. A veces, incluso, con la extraña sensación de que me están haciendo un favor. Pero eso es lo que hay y para nada vale recurrir a aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor. Yo jamás había oído frases como: se me perdió tu teléfono, te quiero como amigo, he estado muy liada…y ahora he descubierto que existe todo un repertorio extensísimo del que ni tenía noticia.
Anoche bajé al pub a tomarme mi cervecita Mezquita, que me gusta a mí y además es de la tierra. Jugaba el Madrid y el local estaba hasta la bola . Normalmente me tomo mi consumición tranquilamente, pero esta vez me sorprendieron las voces de un tipo al que siempre he visto solo y callado, un tipo serio de los que van de perdonavidas y parece que le cuesta soltar una sola palabra. Había que verlo riendo como un loco y hablando en voz alta a alguien que no existía, salvo en su mundo, porque se encontraba solo en medio de toda aquella gente. Seguía con el cuerpo la trayectoria de una jugada hasta el punto de casi caerse de la banqueta. Totalmente imbuido en su mundo, el tipo reía, se levantaba, se sentaba, se enfadaba, se ponía irónico y gesticulaba sin ningún reparo. Fue terminar el partido y volvió a su ostracismo; pagó, descolgó su chaqueta y se largó sin despedirse de nadie. Supongo que, un poco, todos tenemos un mundo irracionalmente desconectado de nuestras otras realidades; un mundo o una realidad paralela que nos convierte en contradictorios con nosotros mismos. Es un lugar al que nunca accedemos para juzgar o ser coherentes; es nuestro espacio privado y en él nos permitimos todo tipo de licencias impensables fuera, el lugar en el que el policía varonil se viste con tutú, la funcionaria monjil se embute en cuero negro y tú, posiblemente, no puedes evitar apagar los interruptores con el codo o sentirte fascinado por Georgi Dan. A mi amigo Ramón le dio por pintar grafitis, una noche, después de beber un par de chupitos de absenta. Me contaba que los mejores cuadros del siglo pasado y las mejores composiciones poéticas se escribieron bajo los efectos de ese líquido verde y diabólico y me decía:
-Piensa en Toulouse Lautrec, Baudelarie, Gauguin o Van Gogh, la mayoría de las veces, acompañando la ingesta de un ayuno prolongado que les provocaba todo tipo de peripecias mentales con visiones llenas de texturas rugosas y colores intensos… Aquel fue un fin de semana algo pesado. Sobre todo después de soportar a Ramón sobre mis hombros para que pudiera ultimar algún detalle en lo más alto de su obra. Y hablando de mundos paralelos, no dejo de pensar en lo que ocurrió ese mismo fin de semana. Una llamada inesperada y una amiga que se mete en la cama conmigo de la forma más entregada y apasionada. Quién lo diría después de tanta frialdad y gesto estirado antes y después del suceso. Tonto de mí que no hacía otra cosa que preguntarle por el mecanismo mental que la llevó desde el más aséptico de los tratos hasta las convulsiones ruidosas y los abrazos. Por supuesto no me lo iba a decir, sería mucho explicar, imagino. Pero ahora que lo he pensado, he caído en la cuenta de que le pasaba algo parecido a lo del tipo reservado que veía el futbol vociferando. Ella terminó su partido y después no quiso ni que le cogiera la mano. Cosa que me dejó algo descolocado, pero bueno…cada cual entra y sale de su realidad inconfesable cuando y como le da la gana y ahí yo sólo era un invitado.
Hoy me he quedado atrapado, al salir de la cochera, entre dos camiones. El tipo se pone a descargar tranquilamente unas cajas y el de atrás pitando. -Voy a llegar tarde, eso es una realidad ya inevitable, pensé. En mi mundo paralelo me habría bajado y le habría dicho una frase contundente y persuasiva tras la cual, el camionero corpulento, no habría tenido más remedio que dejar de descargar las cajas y dejarme pasar, pero se trata de un inmisericorde lunes y eran las ocho y media de la mañana y, además, me saca dos cabezas. Iba pensando en que tenía que imprimir un documento que llevaba archivado en el lápiz óptico para entregarlo a primera hora. El ordenador se bloquea, el director me apremia para entregarlo y me exige copias. La fotocopiadora se queda sin papel, luego sin tinta, y mi ex me llama para pedirme no sé qué del importe de unas facturas. Le cuelgo y le digo a la secretaria que si vuelve a llamar mi ex que le diga que me he ausentado. La chica, que tiene ganas de polémica, me dice que no es “mía” que ya es una mujer independiente y que tengo un lenguaje machista. En ese momento mi mente se detiene durante unos intensos y silenciosos segundos. Una mirada fulminante se posa sobre sus ridículas gafas de montura blanca y ella pregunta: ¿qué?, ¿pasa algo? …En mi realidad paralela e inconfesable le habría dado un bonito golpe al ordenador, me habría fotocopiado los genitales y le habría entregado las copias al director con dos horas de retraso y a la secretaria le habría respondido..sí pasa bonita, que además de ser desagradable tienes halitosis, un gusto pésimo y una cara de mal follada que no puedes con ella. Pero no, no era la hora ni el momento y simplemente respondí:
-Perdona que discrepe contigo, pero creo que el hecho de que use un pronombre posesivo para referirme a la persona de la que me he separado no me convierte en posesivo ni machista. El posesivo es el pronombre, no yo.

7 comentarios:

Lola dijo...

Gracias Juanma por lo de Fría y estirada.. una buena opinión sobre mí

Anónimo dijo...

De estas cosas nos pasan a much@s, algunas veces.

Anónimo dijo...

te habias levantado con el pie izquierdo

Anónimo dijo...

Estos personajes perseguidores, parece ser que los lunes se desenvuelven como los cerdos en su charco. Por otro lado da para una historia completa JUANMA.

Anónimo dijo...

Habiéndome gustado mucho todos los que leí hasta el momento, este es tu relato que me ha gustado más, aunque eso no significa nada más que lo dicho. Me ha parecido especialmente ágil y bien hilvanado, aun con tus habituales cambios de tercio que luego uno entiende que no lo eran tanto. Me pregunto cuál será mi realidad paralela... ¿Te has fijado que el protagonista de la historia es el único que no la VIVE, su realidad paralela? Los otros la actúan, pero él sólo la piensa. Mi realidad paralela actuada supongo que es cuando voy por el mundo vestido con ropas jevis, como ahora, con mis bermudas (o similar) de My Dying Bride y mi camiseta de Celtic Frost. :) PD: Supongo que has visto que te he puesto en mis blogs preferidos en mi supermegahiper blog 2.0. Te recomiendo que leas a Florencia en su blog Cantándole a Gardel, que es otro de mis top five. Me gusta mucho también (y tb vive por aquí, por el ADN).

Anónimo dijo...

Quizás, eso de que sólo lo has pensado no sea tan cierto;te voy a contar una historia y después juzga tú mismo.
Todo empezó tomando copas de jerez en una noche de 1954, cuando a Hugh Everett, se le ocurrió la idea de los mundos paralelos, idea, que años más tarde, utilizaron guionistas de todo tipo para películas, series y demás.
Hugh Everett fue un matemático y físico brillante, al que no le gustaba que ciertos aspectos de la mecánica cuántica se dieran como postulados, sin más explicación que "así es como funciona la naturaleza", es decir, se sacaban de la manga, algo que posteriormente fue llamado "colapso de la función de onda"; esto quiere decir que cuando la naturaleza tiene que tomar una decisión, de las múltiples posibilidades que hay a nivel submicroscópico, sólo aparece una de ellas cuando se hace una medición del sistema. La cuestión es:¿Dónde han ido a parar las otras posibilidades?,¿Han dejado de existir?, ¿Se han volatilizado?. Es aquí, donde intervino Everett,éste, lo que hizo, fue analizar los sistemas cuánticos, llevando las matemáticas hasta sus últimas consecuencias, el problema del colapso dejaba de existir, no había necesidad de inventar, por la cara, ningún postulado. Además, Everett se preguntaba:si la mecánica cuántica da tan buenos resultados (hasta 8 y 9 cifras decimales de precisión), ¿por qué despreciamos el resto de información que se obtiene de ella?, ¿para unas cosas sí, y para otras no?. Los demás físicos de su tiempo siempre le decían que esos resultados son absurdos y que no tienen significado físico alguno.Sin embargo,Everett sabía que esa respuesta no le era válida, el mundo cuántico es ya lo suficientemente raro como para que se pueda hablar de absurdos de buenas a primeras. Hugh siguió con su teoría de los mundos paralelos a pesar de la oposición del resto de sus colegas y físicos de prestigio. Esto le llevo a algo parecido al ostracismo, le dió por beber y por la mala vida, abandonando sus investigaciones como físico (murió joven a la edad de 51 años)y se dedicó a las matemáticas y a la computación aplicadas al sector militar e industrial,campos en los que era de los mejores, trabajando para el ejercito.

Cuando todo parecía olvidado, unos científicos en los años ochenta, tuvieron que utilizar los cálculos de Everett para un nuevo fenómeno llamado "decoherencia" con lo que la teoría resurgió de nuevo y ahora, es motivo de análisis exaustivos, y ya no piensan que sea tan descabellada la teoría.
Según esta teoría, todas las posibilidades de tu vida se dan, es decir, hay un tú viviendo las otras posibilidades, en algunos mundos ya no existirás, en otros vivirás mejor, y en otros te habrás acostado con aquella rubia tan buena que te dió calabazas. En fín, todos los "que hubiera pasado si..."no son condicionales, se cumplen en algún mundo. Por eso, cuando estés triste o apenado, recuerda que en otro mundo hay (o puede haber) otro tú, que se lo está pasando divino con la vecina.

Un abrazo, sabes que puedes contar conmigo incondicionalmente para esos malos momentos en que uno necesita desahogarse.

Anónimo dijo...

Antonio, interesantísimo comentario donde los haya, sí señor. Se me ocurre pensar que existiendo la física cuantica y suponiendo cierta la idea de la decoherencia...¿Quién necesita un Dios? Gracias por tu aportación; la cual estoy seguro que disfrutarán mis lectores tanto como yo. Desde lo de la inercia de la peseta no había vuelto a hablar contigo sobre ciencia.