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domingo, 13 de abril de 2008

Lo que hace el aburrimiento

Mis largos días con sus interminables noches, a veces, pueden llegar a resultar de lo más extraño; como ustedes podrán comprobar en este relato que no por increíble resulta ser incierto. Cómo mucho algo alegórico, pero sin duda riguroso en cuanto a la exposición de los hechos y la presentación de los datos.
Dada mi condición de separado solitario y cuarentón, mis derroteros no dan para mucho más que vivir la pasión desenfrenada de los días de fútbol y algún que otro escarceo con las chicas de mi edad. Salvo por estas pequeñas debilidades, propias de fin de semana, y siempre que haya liga o salte la liebre en algún lecho ajeno, las horas suelen pasar tediosas y lentas. Lo que hace el aburrimiento, hay que ver.
A mí me da por ir al pub de la esquina y ponerme a hojear el periódico, que a esas horas ya está manido y lleno de lamparones y, una vez que lo tengo visto, me da por ponerme a observar, con discreción, a la gente que entra. He visto de todo, a mi lado, en la barra; desde una rusa hablando por el móvil con acento de espía en una película de James Bond hasta el fantasma de un desaparecido. Al final, la rubia resultó ser una trabajadora sexual que se cita en el local y el desaparecido, su hermano pequeño que, años después, es idéntico al finado. Pero entre unas cosas y otras, uno se monta su película y las tardes discurren de lo más distraídas. De todos los visitantes del pub, ayer apareció el que a mí, con diferencia, me parece el más desconcertante. Qué tío más raro. Pocas veces suelo interaccionar con los parroquianos, pero esta vez fue él quien se sentó a mi lado y permaneció, durante un rato, mirándome y callado hasta el punto de incomodarme.
- ¿Oye nos conocemos?, le pregunté ante su insistente actitud.
El tipo, de pelo rubio, casi albino, me contestó que sí, que desde hacía tiempo habíamos compartido muchos malos y buenos momentos, y continuó mirándome y hablándome con su comedida sonrisa de Gioconda. Que tío más lechoso, este es noruego por lo menos, pensé. Es más, le falta el canto un duro para ser tía. A este le pones unas botas de tacón, una cazadora roja, le pintas los labios y pasa por protagonista de película porno. Ví clara la broma, no es que quisiera seguirle el juego, pero me sentí intrigado por el personaje. Así tan amaneradito, tan indefinido, y con ese perfume intenso a jazmín...este tío va ser gay, ya verás. Lo dice la ley de San Andrés; el que lo parece es que lo es. No falla.
Reconozco que era guapísimo y que incluso parecía emitir un fulgor tenue que lo rodeaba como un halo, de manera que, sin cortarme un pelo, le pregunté:
-¿Y tú que bebes, tío? Te encuentro brillante; no sé si es el neón que tienes encima, pero nunca había visto algo similar.
-Es que los ángeles brillamos, y yo soy tu ángel de la guarda. Vengo a comunicarte mi dimisión, respondió.
Me quedé examinando su aspecto similar al del cantante de Nirvana vestido con traje a lo Travolta mientras, con tono grave, pero sin perder ese único gesto suyo, semejante a una sonrisa mosqueante, seguía diciéndome:
-Vale que tengas el azúcar a doscientos y sigas bebiendo cubatas, vale que hayas vuelto a fumar después de dos años, vale que hayas dejado de hacer ejercicio, vale que te hayas atrevido a enfrentarte a tu jefe o que a estas alturas quieras hacer oposiciones a la administración de justicia, pero esa afición tuya por las separadas cuarentonas está acabando con tu salud mental y, contra eso, no hay dios que pueda echarte una mano. A tu edad: abstinencia o puticlub, como está mandado, pero últimamente te estás luciendo. No se te ocurre otra cosa que salir con la ex de tu amigo los fines de semana que él tiene a los niños e irte con él, al Daniel´s, los sábados alternativos que los tiene ella. Tu muerte moral y la de tu equilibrio mental es inminente, así que yo, desde este momento, abandono, me largo, no te aguanto, porque es que además me caes como el culo…Y sin dejar de lucir su sonrisa angelical; ese gesto perfecto y único que mostraba su semblante aunque sus palabras me estuvieran condenando a la desprotección divina, se levantó y se fue, dejando tras de sí un rastro de pequeñas plumitas blancas flotando. ¿Ves las plumitas? Ya lo decía yo que San Andrés no falla.
Joder, lo que hace el aburrimiento oye, iba pensando al salir del pub, para dirigirme a mi casa, cuando en ese momento, al torcer la esquina, dos tipos me pusieron contra la pared e inmovilizándome con una torsión dolorosa del brazo me quitaron el reloj y diez euros que me quedaban en el bolsillo. Como me resistí y protesté, encima, me llevé dos hostias. Para colmo, esta mañana me ha llamado mi editor rechazando mi última novela y con una amiga he pegado gatillazo. Hace un rato me he tenido que volver del pub porque Manolo dice que no me pone más cervezas, asegurando que ayer me dio por hablar solo durante un buen rato en la barra y que al salir me caí en la esquina.
¿Serán estas las primeras consecuencias de no tener ángel?

10 comentarios:

Lola dijo...

Jejeje ves lo que hace el aburrimiento, te hace pensar en millones de cosas y observar a los demás desde una perpestiva muy particular... pero, perder el angel de la guarda por que no te aguanta, es otra cosa
muy bueno

sonata dijo...

Me gusta es divertido, ameno , y haces una descripcion muy buena de los sitios y las situaciones. jajjaa ( de las separadas cuarentonas,,, y que cierto es.. chico )
Un saludo.
M.J.

paola dijo...

el angelito te abandona porque creo
que tiene celitos de que te enrolles con cuarentonas y ... es gay jejejeje.. fuera broma es muy bueno aunque los noruegos te puedan dar dos hostias.. jeje
animo y continua escribiendo que ya se ha vuelto como una "droga", todas las semanas tengo que mirar para ver si has escrito algo nuevo.

raimundo dijo...

Muy bueno,,,,
esta noche vamos al tablaillo ese, y a ver si el flamenco pop de los rebujitos o el ambiente te inspira algun relato para otro dia, si te encuentras al angel de la guarda le dices que nos invite a un cubata,, venga hasta luego.

Anónimo dijo...

Genial. Me a encantado, creo que me lo voy a volver a leer. =) Creo que se pueden comprar, aunque igual te sale mejor alquilar uno mientras el otro decide no volver. jajaja genial enserio. un besito

Anónimo dijo...

Tras dimitir, ¿un ángel de la guarda se va a Florida a disfrutar del retiro (he oído que todos son yanquis, los ángeles de la guarda, ¿o eran las de Charlie?) o bien es reasignado a otro humano? Un trabajo muy duro, ser ángel de la guarda... :)

Anónimo dijo...

Hola:

Me gustó el escrito. Respecto a la pregunta
¿Serán estas las primeras consecuencias de no tener ángel?
Es una simple reacción mental a los malos conceptos que se tienen uno al otro en la historia jajajaj (sentimiento de culpa a tan mala descripción de su ángel).

Anónimo dijo...

Aquí mis comentarios a tu escrito.
Se me hace una historia interesante pero lamento mucho decirte que hay demasiados modismos que yo no entiendo y me hacen la lectura cortada. Aun y esto todo el contenido suena interesante y el final por supuesto que es un inicio del famoso periodo de mala suerte que sigue a la pérdida de un Ángel, aunque aquí entre nos, yo también lo llamaría pesimismo. jijij.


Felicidades por tan lindo relato y yo por eso siempre le doy palmaditas a mi angelito, que por cierto, siempre está sentado en mi hombro izquiero cuidando de mi y a veces hasta me hace cosquillas...

Saludos. Nata.

Anónimo dijo...

Me encanta esa forma de narrar, tan llena de detalles y sin embargo tan clara y poco pesada.
Me ha gustado el nuevo concepto de ángel de la guarda, muy actual.
Un saludo.

Anónimo dijo...

En este relato me dio la impresión que subyace la soledad.
Un individuo desamparado, empezando porque él mimso no se quiere mucho.
¡Me gusto!
Cariños,
Clara.