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lunes, 24 de marzo de 2008

Semana Santa en Pekín

A mi vecino le dije hace algún tiempo que esta Semana Santa me iba a ir de viaje. Siempre lo hago y él también me cuenta sus andanzas. Yo tenía planeado un viaje a la costa con una exótica rubia, pero esta vez la rubia me ha fallado por una cuestión de malos entendidos; no me toleró que discrepara con ella en una conversación y eso me costó que pasara de mí. Poco ha tardado en encontrar otro acompañante, arruinándome a mí el viaje sin mayores miramientos. Supongo que habrá optado por un individuo de esos que saben de qué va esto y que se han adaptado a la nueva situación. Yo conozco a estos tipos; uno de ellos, en una ocasión, me advirtió que con las mujeres no se puede discutir; lo tienen plenamente asumido y se les puede reconocer fácilmente porque son los que bailan con ellas hasta la madrugada y se saben los pasos de las sevillanas.
Me consta que, por su parte, mi vecino ha estado en Cuenca, y yo, después de todos los pormenores con los que le relaté mis planes, ahora no sabría cómo explicarle que todo se me chafó. Ya han acabado estos días, con su operación regreso incluida, y soy consciente de que antes o después me tendré que encontrar a Juanito en las escaleras o en el ascensor y que será inevitable la charla al respecto.
Después de estar sin salir durante todas las vacaciones, por fin han abierto los comercios y puedo volver a interaccionar con el entorno; aunque sólo sea para hacer la compra en el supermercado de la esquina. En esta ocasión no voy a llevar la lista; prefiero hacer de este acto rutinario, al que me enfrento casi diariamente con prisa y fastidio, un paseo agradable por un bazar de ambrosias exóticas; un viaje en el que recrearme y relacionarme con todas esas personas que cotidianamente me pasan desapercibidas. Tengo comprobado que siempre que llevo la lista, comprar me estresa más y se me hace más tedioso y, además, no sé por qué motivo, tardo más en realizarla cuando debería ser al contrario. Pero hoy…hoy va a ser diferente porque he encontrado en el supermercado, casi sin pretenderlo, una manera de encauzar mi frustración viajando con la imaginación. Basta con mirar un poco sin prisa las cosas; captando su esencia y sintiendo sus vibraciones. Es fácil. ¡Anda, melones de Coín!... y mi mente me transporta, en ese preciso momento, mientras sigo andando entre las estanterias como si de las luminosas huertas sureñas se tratara. Piña de Canarias, y en seguida me veo viajando en avión hasta las islas afortunadas, donde degusto esta fruta bajo una palmera a la vez que paso por la charcutería; fresas de Almería, y mis ojos divisan el mar de invernaderos de plástico y calles llenas de aromas marroquíes al atardecer. Chirimoyas de Motril, ¡ahí tuve yo una novia!, y a mi paladar llegan lejanos sabores de jugosas almejas marineras. Papayas de…joder ¿de donde son las papayas? Bueno sigo, no pienso bloquearme con las papayas. Paseo de nuevo por la frutería ¡Coño con la frutera!...y la evocación de garotas brasileñas es inmediata y gratificante. Esta vez no voy a dejar pasar la oportunidad de hablar con ella aunque sea para preguntarle si tienen pepitas las sandías. Ostras…mi vecino. Es inminente el encuentro en alguno de los pasillos del súper y sé que no puedo eludir por más tiempo lo ineludible, pero todo es más rápido de lo que pensaba. Mi vecino, que me ve, se acerca hasta mí con un trotecillo cochinero que anuncia sus intenciones y, sin apenas darme tiempo a reaccionar, no duda ni por un momento en soltarme: ¿qué tal las vacaciones con la rubia? Ummmmmmmm…entre tanto tomate de Murcia y tanto salchichón de la Alpujarra, no me apetece apearme de mi viaje fantástico y le respondo como es de esperar.
-Pues nada vecino, en Pekín pasando la Semana Santa. ¿No conoces la semana santa china? Si hombre, es cojonuda; una celebración recomendada en las mejores agencias. Los chinos es que son igual para todo; con el mismo interés que adoptan la revolución y fabrican ropa barata, te hacen unos pasos que te quedas asombrado. A estos tíos es que no les queda nada por imitar y cuando quieres darte cuenta se te han metido hasta en la sopa. Para la próxima temporada han planeado vender en los bazares españoles trajes de penitente con gorro y cirio a diez euros. De hecho dicen que Jesucristo, antes de ser quien era, pasó por un templo budista del Tibet; no es coña eh. Allí está su nombre escrito en el registro de monjes aprendices; se ve que no terminó de convencerle eso de llevar la cabeza rapada y se volvió para montar el belén. Ya ves, con lo revuelto que está ahora el panorama con el tema de las protestas para bloquear las olimpiadas, y allí es que ni se nota nada en el ambiente…lo que yo te diga…geniales estos chinos eh. Igual que cortan la Gran Vía para sacar los dragones de papel y celebrar el año nuevo de la rata, te llenan la avenida Ho chi min de penitentes y romanos con espadas samuráis. Es que lo imitan todo. En cuanto a la rubia, te diré que me discutió y la dejé tirada mientras oía saetas en la puerta de una pagoda.

7 comentarios:

juanito dijo...

hola juanma
celebro que te haya ido bien en tu viaje de semana santa a pekin aunque no esperaba enterarme de esto pillin
en cuanto a la rubia no sabe lo que se perdió peor para ella
un abrazo gordo amigo
tu vecino
juanito

Lola dijo...

Jajajaja muy bueno eso de que tu vecino te pille en tu escapadas afrodisiacas mentales a Pekin.

Anónimo dijo...

Qué historia le contaste al tipo..jua jua :P

Anónimo dijo...

Parece ser que te persigue un singular personaje, pero es de agradecerle al mismo tiempo, que es fuente de inspiración.

Anónimo dijo...

Este también lo leí impreso. Tienes una gran habilidad para describir al hombre corriente y hacerlo de forma totalmente creíble. Y muy entretenida.

leonora dijo...

Pues no me extrañaría nada que los pasos de S.Sta. acabaran siendo hechos por los chinos...dada su paciencia y capacidad de imitación...
como tampoco me sorprende la capacidad de inventiva de los varones ...Todo antes que ser descubierto sin La RUBIA !!!!

leonora dijo...

Pues no me extrañaría nada que los pasos de S.Sta. acabaran siendo hechos por los chinos...dada su paciencia y capacidad de imitación...
como tampoco me sorprende la capacidad de inventiva de los varones ...Todo antes que ser descubierto sin La RUBIA !!!!