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martes, 28 de julio de 2009

La leyenda de la chica de la carretera. (Verídico)

Seguro que has oído hablar o has leído algo sobre el clásico ese de la chica de la curva que una vez que te ha indicado dónde se mató desaparece inmediatamente del interior del coche, con el consiguiente susto y tal. Bueno, yo no sé si es verdad o no, pero lo que voy a contar a continuación sí que es cierto y me ha pasado a mí, hace unos días, mientras atravesaba Cataluña.
Ciertamente presenta algunas similitudes con el caso de la chica de la curva, pero en este caso yo la ví en una isleta de esas que hay en la carretera, justo antes de una bifurcación.
Ahí estaba, a plena luz del día, sentada bajo una sombrilla, con minifalda y piernas abiertas. Como ya habrás imaginado, lo primero que me pregunté fue ¿y esta qué hace aquí? Con el calor que hacía a esas horas…y te puedo asegurar que me fijé bien y no estaba vendiendo melones ni nada de eso…lo raro es que sólo la vi yo.
Nada de andares etéreos o vestimentas blancas y vaporosas; era rubia y pechugona y no daba nada de susto…bueno, sí que me asusté cuando volví a verla unos ciento cincuenta kilómetros más arriba, ya cerca de Barcelona, era la misma, lo sé, y no sé como pudo llegar hasta allí. Estaba en otra isleta de esas, con la misma sombrilla y la misma abertura lasciva de piernas, y también en esta ocasión sólo la vi yo. Lo cual es del todo desconcertante.
Volví a verla una vez más, ya casi en Figueras y esta vez me miró y guiñó un ojo, pero no dije nada y dejé que el escalofrío me recorriera, electrizándome la espalda. Si alguien la ve que le diga que le he escrito un blues y en cualquier caso que deje razón aquí. Es importante para mí, yo sé que era real. ¿La has visto tú también?

2 comentarios:

Antonio S.A. dijo...

Por qué me he quedado mucho con la palabra "melones", cuando un hombre se obsesiona con esas cosas, algo grave le pasa. Yo que tú, me pasaba otra vez por el gimnasio ese, si ese de la chavala tan maja, a ver si me refrescaba un poco los calores del verano.

juanma dijo...

jajaajaj. Bueno, en realidad sí que vendía melones, o los alquilaba un rato, rejor dicho.