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viernes, 14 de noviembre de 2008

Hoy, almejas


Hoy almejas con limón, que me gustan a mí de vez en cuando de tapita por la noche. !!!¿Pero dónde están las almejas?¡¡¡ En el súper las venden en unas mallas, ya pesadas y preparadas para llevar. Cómo además tenía que comprar algunas cositas, esta tarde, aproveché y bajé. He mirado en todos los rincones del frigorífico y no hay rastro de ellas; ni debajo de los tomates ni detrás de la bolsa de los melocotones. Nada, ni rastro. La cervecita preparada y el cuerpo hecho y las almejas que no aparecen … con lo que jode eso. Incluso he dudando de si las he comprado o no, pero he encontrado el ticket y ahí están reflejadas y bien cobradas. He bajado al coche pensando que igual se habían quedado ahí, pero una vez que he mirado he caído en la cuenta de que fui andando. De hecho, haciendo un pequeño esfuerzo, incluso he podido recordar el recorrido desde el súper hasta mi casa. Pasé por el videoclub, pero las bolsas no las solté porque fue llegar y coger la peli que tenía reservada y ni siquiera tuve que meterme la mano en el bolsillo para pagarla. Luego subí a la casa de mi novia y sí que las solté; aunque Puri asegura que en su casa no están. La he llamado por teléfono para preguntárselo; ya no tanto por recuperarlas como por una cuestión de inquietud y curiosidad. A esas alturas ya me había conformado con una lata de mejillones, pero no van a poder más que yo unas simples almejas. Vamos… que no estoy dispuesto.
Agotando posibilidades, he mirado las bolsas de plástico en las que he traído las cosas y no tienen ningún roto y, pensando pensando, pienso que en el ascensor pude haberlas soltado. Mi vecino asegura que ese ascensor esconde algún misterio. En una ocasión le desapareció la Biblia a un testigo de jehová y la señora de la limpieza no deja de quejarse de que, entre planta y planta, el ascensor extravía botes de lejía y cubos; sobre todo si están recién estrenados.
¿Será que no las metí y las dejé sobre la caja del súper?…La chica me habría avisado rápidamente, como hace otras veces. Pues verás, como resulta que a mi los misterios me sacan de quicio no voy a hacer uno con la cuestión esta de las almejas, así que…hoy mejillones, que me gustan a mí de tapita, de vez en cuando, por la noche.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó, como de costumbre... Fresco, ligero... se lee fenomenal. Me ha parecido estar en verano, entre tu estilo y las tapitas, que se ve que las relaciono con las terrazas. ¡Saludos!

Anónimo dijo...

Gracias Alfredo. Que curioso; coincides con alguien que me comentó el otro día lo de la frescura de mi estilo. Ya ves, uno no es consciente de las características de su estilo y, en mi caso, ni siquiera sabía que lo tuviera. Por cierto...magnífica reflexión sobre el caracter fenicio, que no romano, del imperialismo americano.

Anónimo dijo...

Cuando uno tiene ante sus ojos la imagen de un apetecible plato y se relame pensando en lo bien que le sienta a uno comerselo con una cervecita fresquita y va a hacer apto de esa degustación y encontrarse, que en el lugar donde se supone que debería de estar ese apetecible manjar hay un vacío enorme, mosquea mucho, por que ahora ¿qué?, ¿cambio mi idea y deseo, por algo que ya no entraba en mis pensamientos? o por el contrario ¿recorro de nuevo el camino para volver a comprarlas y degustar mi idea original?.
Me ha gustado mucho, un punto de vista ingenioso el recorrido mental para encontrar a las dichosas almejas

Anónimo dijo...

Lola, ¿tienes tú las almejas?

Anónimo dijo...

No sabes lo ricas que estaban. jajajajja