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domingo, 25 de enero de 2009

Artillería pesada

Hace veinte años que no me acuesto con una de veinte ¿y a quién le importa? No veas los pechos operados que pululan entre cuarentonas generosas que odian a Newton. Ni en mis mejores sueños, ni siquiera en mis mejores momentos juveniles, había yo disfrutado de tetas tan suculentas, duras y perfectas.
La extensión de la accesibilidad de este servicio quirúrgico a un mayor sector social, ha permitido que un mayor número de tristes mortales disfrutemos del fruto reservado a los dioses del Parnaso. ¡Olé los huevos de Pitanguí y su ciencia pionera! Oye…yo, encantado de vivir en la era de la democratización de las tetas sintéticas.
Ríete tú de las turgentes prominencias que recorrían mis nerviosos dedos en las cálidas noches de verano, allá por los años ochenta. Por entonces no sabía muy bien el privilegio que ostentaba, pero ahora sí; ahora soy consciente de que se trata de un concepto nuevo y avanzado. Algo impensable hasta no hace mucho, una evolución magnífica que ha materializado formas que no existían fuera de los bocetos pictóricos.

El argumento es siempre que la operación es para gustarse a sí mismas y tal, pero lo cierto es que la inversión suele amortizarse con escotes por entre los que discurre el canal de Suez (ya no hablamos de canalillo), y que uno no sabe dónde mirar cuando la mujer de un amigo aparece con semejante exposición pectoral, levantándole la camiseta con un par de volúmenes imposibles y separadísimos. Una alegría, ya te digo y, si te descuidas un poco, hasta te anima a que se las toques y todo.
Lo de las armas de mujer siempre me ha sonado a que te pegan un tiro con un pezón o algo así; como hacía Afrodita, la novia de Mazinguer Z, cuando aparecían nipones malvados, pero que va…no era eso, y si lo fuera, ahora, además, dispondrían de artillería pesada.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja muy bueno, bueno tal vez algunas no tengamos artilleria pesada a través de bisturí, aunque algunas mujeres de un poco más de cuarenta, si hemos afrontado la teoría de Newton y hacemos lo que podemos para solventar esos descensos naturales de la artillería natural.
Si, supongo que a los hombres ver un espectáculo de ese envergadura, os hará disfrutar, aunque sea visualmente, que como dice el refrán "se ve, pero no se toca",, jejeje aunque como dices, también habrá quien se deje tocar, para sentir la sensación de triunfo de saberse admirada, aunque sea por mano del bisturí.

Anónimo dijo...

Que conste que lo has dicho tú eh..jajaja luego a mi no me digas nada Lola.

Anónimo dijo...

Gustarse a sí misma es gustar también a los demás,
Haber quien no disfruta de ver a esos veinte añeros esculturales machacados por el gimnasio? y eso es natural?
Perseguir la belleza y la perfección nos viene de antaño
Aunque eso si ahora lo tenemos más fácil ¡ole por los cirujanos! y además me río yo de quien no haga nada por luchar contra la Gravedad y el deterioro del paso del tiempo. La resignación es una actitud muy cómoda, pero poco gratificante. Ahora sí J.Ma muy simpático y ha disfrutar de ver y si te dejan tocar mejor aún.

Anónimo dijo...

Eso,eso...estoy de acuerdo contigo,maría josé.