visitas desde el 23/07/2008

domingo, 26 de octubre de 2008

Viajes astrales


Esa mañana, como todas, los primeros rayos del día se filtraban en la habitación, tamizados por entre las rendijas de la persiana, la cual nunca ha cerrado herméticamente porque jamás han encajado correctamente algunas de sus láminas; por más que estire de la cinta con intención de hacer desaparecer esos incómodos rayitos oblicuos que antes o después acaban dándome en la cara y arrebatándome de los brazos de Morfeo. En días laborares no me importa demasiado, pero los domingos siempre me despiertan con la firme determinación de poner una cortina que nunca pongo.
Aquella mañana, además, fue empujándome al mundo de los despiertos una suave melodía matutina con claras cadencias orientales desde la estridente radio de mi vecino. Yo a veces he sintonizado cadenas moras pero siempre de paso en el dial. Esta vez no era así, era una sintonía estable y en estéreo que inundaba con sus decibelios la atmósfera dominguera.
Ese domingo tenía previsto ir a comer al Mc donalds e ir al cine para ver la última de Indiana Jones. Sobre el sillón mis Levis manchados de ketchup y en la nevera nada más que coca-cola. Estos yanquis imperialistas lo inundan todo con sus multinacionales, solía decir a menudo, profiriendo además todo tipo de frases hechas sobre los mismos, porque claro… hablar peyorativamente de ellos queda muy bien y además luces como inteligente, moderno, y sensible en cuanto a conciencia social se trata. Y eso que, en su momento, estudié que Norte América nos sacó las castañas del fuego impidiendo que los nazis impusieran en el mundo su régimen de terror. Tiempos de leche en polvo y bienvenido Mister Marshall que ya quedaron atrás. Ahora es otro cantar.
Bajé a la calle y me pareció carnaval, pero en realidad me estaba ocurriendo uno de esos fenómenos extraños que a veces nos ocurren a todos durante unas horas. Sí, ya sabes, uno de esos viajes a otra realidad paralela. Suele ocurrirle a los depresivos en la fase más profunda de la patología, les ocurre a quienes fuman porros sin desayunar y en general a todos los que suelen ver la vida con otros ojos.
No era la primera vez que me pasaba. Anteriormente he visitado calles rurales en la profunda España franquista y he visto la Mille Miglia a comienzos del pasado siglo, pero no estoy muy seguro de si lo que estaba viendo realmente era un paso de semana santa con mujeres de mantilla y una exhibición de automóviles antiguos respectivamente. Del Val de vez en cuando saca su colección por el pueblo. Mi episodio, esta vez, era más inquietante. Sí, todo el mundo vestía con atuendo árabe. Bueno, los árabes de verdad llevaban debajo ropa occidental, como es costumbre en ellos, pero los demás, ya te digo… como si deambularan por una calle de Marrakech. Yo tenía hambre y, consciente de que estaba en plena incursión por otra dimensión, fui en busca de un menú de esos de hamburguesa y refresco con cartucho de patatas, pero que va... donde se supone que tenía que estar el Burguer King había una cadena multinacional de cuscús, Mac´uscus se llamaba y ofertaba, por un euro más, un vaso grande de té moruno y unos chupetones en una pipa de esas grandes de las que salen varios brazos. Si así lo deseabas, también había toda una variedad de pinchos morunos disponibles con lechuga, mayonesa, mixtos, dobles, de luxe, regulares, bigpincho, woperpincho, y hapypincho.
Nada de vaqueros, nada de zapatillas Nike o Adidas… ¡ni hablar! Por fin el mundo se había librado del capitalismo americano. En este paraíso oriental la gente solía llevar todo tipo de marcas, pero la más usuales eran las de las chilabas salanmalicú y las pantuflas atalajaca, por no hablar de la moderna línea de burkas “belleza interior”.
Me senté a comerme mi menú árabe y estando en pleno chupeteo de la pipa vi en televisión a cetapé queriendo ser recibido por Bush en la cumbre del G 20 por el tema ese de la crisis. Hay que ver, con la de años que llevaba insultándolo en la otra realidad…Estos viajes astrales cada día son más alucinantes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja si señor un mundo ancestral el que te ocurrió al salir de casa, la moda, la comida y todo el mundo y submundo árabe y no occidental con el que te topastes que hoy en día nos invade y nos martillea.
que bueno los nuevos mac'uscus etc... a lo mejor la dieta basura que nos invade se convierte en dieta limpia de colesterol, obesidad etc.
yo, la línea Burka "belleza interior" no va conmigo, aún tengo que hacerme a la idea jejejeje para ponerme ese tipo de atuendo, prefiero algo más light
esto pasa por tener que ir a comer fuera y no tener nada en el frigorifico, el mundo se transforma en algo diferente a lo que cotidianamente conocemos o esperamos como es el arreglo de la persiana para que no te de los rayos de sol en la cara durante el tiempo en que Morfeo te tiene abrazado

Anónimo dijo...

Igual es que has estado el finde en Marruecos y no te has dado ni cuenta...
Escapate y comprueba si es asi de bueno..
M.J.

Anónimo dijo...

Oyens, cuando nombres a nuestro indómito líder, ¡oh, Rodríguez!, es preceptivo y hasta obligatorio que lo hagas con mayúscula inicial. Asín: Cetapé. ¿Lo ves? Y, mira, qué quieres que te diga, yo siempre he pensado que si los yanquis fueran realmente romanos (imperialistas en el sentido clásico del término), todos los que se quejan tanto de ellos realmente tendrían motivos para hacerlo... Pero sólo son fenicios, ¡hombre! Comerciantes y gestores, nada más. ¡Ni siquiera se quedan lo que invaden! Esos otros de los que hablas, por el contrario, son mucho más tradicionalistas, una vez se ponen a invadir. Virgencita, virgencita, que me quede como estoy. Saludos, ¡oh, Juan Manuel, Juan Manuel!