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domingo, 17 de enero de 2010

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Nuestra ministra de cultura ha manifestado claramente estar en contra de las descargas de internet y de la velocidad de la banda ancha. Dice que no la necesitamos y desconfía abiertamente de quienes la usan. Teniendo como tiene el poder y vistos los casos de Francia y Estados Unidos, seguramente en un futuro no muy lejano estará perseguido y duramente sancionado bajarse canciones o películas. De hecho ya está la muchacha trasteando el tema. Por supuesto, fue presidenta de la Academia de Cine, que todo hay que decirlo.
Nada nuevo. La iglesia tiempo ha que desconfía de todo lo que no se ciñe sus cánones, y los regímenes autoritarios han hecho lo propio, en multitud de ocasiones, echando al fuego la ciencia y el saber contenida en los libros. Incluso los más populistas como el régimen de Mao desterró violentamente la cultura; aniquilando todo volumen impreso que no fuera su libro rojo. En ocasiones también la imprenta ha estado perseguida en determinados lugares y momentos históricos. En definitiva, por unos motivos u otros, la cuestión de fondo, ya sea como fin en sí mismo o como daño colateral, es dificultar y negar el acceso gratuito y libre a la cultura. Así de claro; seguramente nuestra ministra y sus acólitos pondrían el grito en el cielo y me tacharían de exagerado y alarmista o cualquier otra cosa si leyeran esto…¿qué puedes esperar?
A poco que uno levante la liebre y reflexione un poco, es sorprendente las conclusiones a las que se llega. ¿A quien beneficia negarnos las descargas? ¿A quién perjudica? ¿A cuántos en detrimento de cuántos? ¿A los cantantes? Desde hace muchos años es sabido que el artista sólo recibe cincuenta céntimos, como mucho, de cada disco que se vende; los cuales llegaban a costar, en sus mejores tiempos, una media de 25 euros.
Actualmente, los discos que escuchamos no se graban en instalaciones millonarias. Se hace en simples ordenadores con unos periféricos específicos cuyo valor no supone una inversión inasequible; de hecho el mismo Lenny Kravitz grabó hace unos años el mejor de sus discos en su casa, en un Appel. En cuanto al soporte físico, todos sabemos que un cedé por muy impreso que venga no vale mucho más de un un eurete. Dónde los artistas ganan dinero y prestigio es en las actuaciones en directo. Hay muchos de ellos que reconocen abiertamente que internet les ha servido de publicidad y plataforma de lanzamiento, como en su momento lo fueron las gasolineras para Camela.
Esta es la auténtica realidad y visto así..insisto: ¿Quién se beneficia o a quién se perjudica persiguiendo las descargas? Algo huele mal aquí. Después de años de internet, la industria de la música sigue viva, lo que es cierto es que ya no hay grandes magnates en este sector…pues que se jodan, que quieres que te diga.
Para quienes viven en grandes ciudades con todo tipo de comercios y tienen tiempo y dinero todavía, pero dígame usted, viviendo en un pueblo, ¿a qué videoclub puedo acudir para poder ver un clásico del cine negro que tanto me gustan? ¿si lo compro por internet va a llegar el dinero a los herederos legales del los derechos de autor de Jhon ford? ¿A dónde debo recurrir si quiero escuchar la obra de Satie?, ¿espero a que Planeta, con suerte, edite algún coleccionable de los que suele sacar en septiembre?
Señora ministra, a mi entender, tiene usted una visión bastante simple y tendenciosa del tema, es más, creo que ni siquiera se ha planteado el tema de una forma que no suponga un paso atrás en el desarrollo de la sociedad y cómo siempre va a recurrir a lo típico, prohibir y perseguir que es lo más fácil; como corresponde a un gobierno que se dice progresista ¿verdad?

2 comentarios:

Antonio S.A. dijo...

Este tema, me cabrea lo suyo, pagas canon casi por todo, sea inocente o culpable de bajar algo de internet. Yo apostaría, por que los artistas, sin intermediarios, vendieran sus canciones por internet a precios asequibles parta todo kiski, seguro que ganaban más y que se jodan los aprovechaos de turno.Idem para las pelis, sin embargo, que no me quiten las proyecciones en salas de cine, que aunque el cine en casa haya mejorado mucho, todavía no es lo mismo.

juanma dijo...

Este mismo texto lo he colgado en un foro de bastante concurrencia y no veas la disparidad de opiniones que existen al respecto; casi tantas como comentadores. No obstante la mayoría consideráis injusto el canon. Yo he procurado eludir el asunto, pero se ve que una cosa lleva a la otra irremediablemente. Saludos