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lunes, 21 de julio de 2008

Cogerle el puntillo. (2ª parte)

¿Recuerdas cuando en nuestros mejores tiempos te pedía que eligieras restaurante para cenar? Tú, muy amable y complaciente, me respondías que eligiera yo e, incauto de mí, así lo hacía y ninguno te parecía bien. Uno por uno ibas rechazando mis propuestas y continuabas diciéndome que el que yo quisiera. Ignoro las razones que te llevaron a obligarme a recorrer toda la ciudad aquella noche al grito de “elige tú“, pero recuerdo ese gesto de hacer un barrido raudo con la cabeza por entre las mesas y salir de cada local, a prisa, con ese rictus nasal tan tuyo; ese que siempre usas cuando algo te desagrada. Yo sólo tenía hambre y ganas de sentarme y por eso te dije, algo enfadado, que iba a cenar contigo o sin ti. Una vez ubicados en una mesa al fondo del último de los restaurantes de Jaén; el más caro por cierto, sobrevino tu venganza entreverada en la conversación apasionada en la que nos enfrascamos:
-¿Cómo que te gusta follar conmigo o sin mi? ¿Es que quieres decirme algo que no capto? De veras cariño, es que no te cojo el puntillo. ¿Es broma o me quieres arruinar la noche?
Con el tiempo pude comprobar si era broma o no. ¡Vaya que sí lo comprobé!
Meses llevabas sin, ni siquiera, dirigirme una palabra. Por no hablarme, ni me respondías cuando te preguntaba si te importaba que apagase el aire acondicionado, no me escuchabas cuando me dirigía a ti para decirte que iba a recoger la mesa para cenar o que hicieras el favor de no empujarme para coger tus botes de la estantería mientras estaba sentado en la taza del w.c. Pasabas a mi lado como pasabas cerca de un sillón; creo que vivías en una dimensión paralela en la que yo era sólo un ente invisible que provocaba fenómenos poltergeist cuando cogía un vaso o deshacía la cama. Si no…¿qué explicación tiene que gritaras como posesa, sin mirarme, la noche que apagué la luz del dormitorio porque tardabas demasiado en volver del cuarto de baño y yo tenía sueño? Si me hubieras considerado un ser habitante de tu dimensión tal vez hubieras entrado con cuidado de no despertarme y te hubieras acostado sin gritarme, dejando el tema para otro momento mejor. Así pasó el tiempo suficiente para que llegara a sentirme invisible, inaudible, intangible, infumable, indigno, insulso, imbécil, ininteligible e ignoto y como tal me comporté durante dos días, después de los cuales rompiste el silencio para decirme que no soportabas mi comportamiento ausente y distante, que te largabas, que no podías más. Esta vez sí que te cogí el puntillo y te abrí la puerta, gentilmente, para que te fueras, tal como decías desear. ¿He dicho que te cogí el puntillo? Ni en broma…en ese momento me miraste como quien mira al futuro receptor de su riñón y te fuiste al dormitorio para continuar con tu existencia de habitante de realidad paralela que convive con una presencia paranormal en el mismo apartamento. En alguna ocasión estuve tentado de intentar atravesarte al cruzarme conmigo en la cocina, como lo hacen los fantasmas de las películas, tal era mi asunción del papel que me habías adjudicado.
Tanta guerra con los turnos de visita de los niños. Toda propuesta te parecía mal y me costó una fortuna en abogados llegar a establecer un acuerdo razonable contigo. Meses me tuviste sin verlos y ahora me los encasquetas todos los fines de semana, sin falta. Cuando te digo que me viene mal porque quiero mirar pisos para alquilar me preguntas, insidiosamente, que si me molestan mis hijos. No cariño, no me molestan. No me importa no echar un polvo desde hace meses porque no me dejas un solo sábado libre, mientras tú te vas de viaje con ese noviete que te has echado, es que mis hermanos quieren vender el piso de mis difuntos padres y necesito un lugar donde vivir ¿sabes? …Y ahora que hablamos de pisos. Tanto debate sobre qué partes del mismo nos pertenecen a ambos y resulta que la comunidad y la contribución la tengo que pagar yo porque dices que para eso es mío, a pesar de que no pongo los pies en él desde hace dos años. Definitivamente, reconozco que tengo serias dificultades para cogerte el puntito.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Ey, tranqui que estoy suscrito a tu blog, sólo que aún no me había llegado la actualización, así que te leeré siempre que escribas algo.

Me han encantado ambas partes, de verdad que sí. No sé qué decirte... Yo soy un ente paranormal, más que una persona. Lo que explicas me suena tan real que me queda muy lejos, lejísimos...

Es una pena, no obstante, que pasen estas cosas, pero pasan. A veces los seres humanos no sabemos aplicar una regla muy sencilla: todos somos muy parecidos, así que andar cambiando de pareja son ganas de volver al mismo sitio tras dar muchas vueltas. Como quien quisiera llegar a algún sitio siguiendo una rotonda.

Tu ex mujer, pues chico, me cae muy mal. Está muy feo eso de despertar al sexo con la siguiente pareja. Que le den dos duros o 6 céntimos de euro. Olvídala. Ellas lo hacen mejor, lo sé. Pasan de página así ¡puf! Pero bueno, con un poco de raciocinio nosotros también podemos hacerlo.

En fin, al menos tienes hijos. Eso es bueno. Vive en ellos, vive con ellos, vive para ellos. Yo no tengo, pero ya me va bien así.

Ale, nos leemos.

Anónimo dijo...

Tiiiiiiiiiiiiiiiooo, que lo he leído muy a gusto, tu relato. Si no me hubiera ido bien hacerlo ahora lo hubiera hecho en otro momento. Eso de "ey, tranqui" no era una queja, era justamente una expresión coloquial entre amiguetes. ¡No me seas mujer!

Ahora que sé que el relato es inventado me gusta aún más. ¡Muy bueno! Me lo he creído enterito. ¡Bravo!

juanma medina dijo...

Quien lea los comentarios anteriores observará que falta mi parte de conversación con este señor. Para quien pudiera interesarle decir que se trata de un intercambio entre blogs. Mis comentarios están en el suyo y él responde aquí. Ambos nos leemos y charlamos.Tranquilos, no es un intruso demente.

Anónimo dijo...

Gracias por llamarme señor y por especificar que no soy un demente. ¡Mientes en ambos casos! ¡Malandrín!

Anónimo dijo...

Ey, te he puesto un link en mi blog. Espero que no te haya dolido mucho. :) Borra este comentario si quieres, no quería no informarte ;)

lola dijo...

Igual sería interesante, que alguna mujer en situación parecida pero a la inversa, nos contara su versión. Yo, podría inventármelo pero prefiere que suenen tan reales como las de Juanma.

Anónimo dijo...

Los puntillos ... definitivamente los hechos son así, los hombres no cogen el puntillo a la mujer y viceversa.
La realidad es que somos tan diferentes los hombres y las mujeres que siempre habrá discrepancias sobre las cosas... tú ves de una forma diferentes los hechos a como puede verlo una mujer o verlos igualmente, pero con matices..
Ya se sabe que en las relaciones uno pierde más que otro aún aportando y dando más..
pero siempre habrá sorpresas en las personas, siempre se podrá coger el punto o intentarlo..
habrá 3ª parte seguro

Anónimo dijo...

Se pasa mal,, muy mal, cuando accedes a todo, perjudicandote, no pides pension compensatoria despues de un monton de años dedicandote a la casa, hijos, esposo, dejando tu formacion,tus aficciones ,tus amigas,amigos,tus estudios,etc...olvidandote de cuantas cosas te gustaban hacer antes, y no puedes porque eres CUIDADORA de todos.. el te dice,, haberte sacado los estudios, haber tenido un sueldo, etc... el piso, le compro su parte,, bien pagada, renuncio a mi pension, por que si no : te voy a hacer la vida imposible,, ¿ más ? preguntaba yo.. no te llevas nunca a los niños, con lo triste que era y es eso para ellos, los que lo traumatizas cada vez que te llaman y está el contestador..
Al final el daño para mi,, sufro por ellos,, cada vez, que quedas con ellos, con una amiga, de mala apariencia, y tu hijo el mayor te dice, tengo que estudiar.. no puedo ir al cine..( le da verguenza ir al lado de esa ..con esa pinta..me confesó mi hijo
) con todas estas cosas, despues de un monton de años,, me alegro de todo lo bueno que le pase y siento lo malo.
Pero no quiero saber nada de el..NADA, quiero mantenerme al margen y VIVIR la vida que me ha tocado..esta.
M.J.