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miércoles, 7 de octubre de 2009

Algo bueno me tenía que pasar.


Por el hueco de las escaleras oigo chiflar a mi vecino. Son las ocho y media de la mañana, pero da igual, este tío chifla a todas horas, todos los días. Siempre que me lo encuentro, entrando o saliendo del portal, o recogiendo el correo del buzón lo hace. También lo hace la colección de pájaros enjaulados que tiene en el patio de luces. Los pájaros no sé qué interpretan pero él va para dos semanas que no cambia de repertorio. Hoy también me lo he cruzado y no he podido evitar pensar que es un “chiflatodashoras“, ni siquiera un cantamañanas, que sería lo normal.
No estoy para grandes alegrías y a pesar de que hay quien asegura que también es posible la felicidad un lunes por la mañana, yo no puedo ver la vida con optimismo después de unos kilómetros de carretera mojada y congestionada para volver a ver otra vez las mismas caras. No, no señor. Hoy no puedo ver el rostro pulcro y despejado de Sánchez en la máquina del café sin pensar en la impudicia del enchufado, esa que muestra su arrogancia como si se tratara de méritos propios. Me he cruzado con Lara y me ha parecido el mayor de los infames porque para mí no hay infamia mayor que no devolver un libro prestado. El término paraíso fiscal me parece aberrante y contradictorio y he tenido que oírlo varias veces a lo largo de la mañana. El mejor de los correos que he recibido hoy es el que compara los beneficios del yoga y el alcohol y al salir me he parado a tomar una cerveza y me han puesto unas almejitas de aperitivo, y yo tanto los mejillones como las almejas no los puedo mirar porque si lo hago no soy capaz de comérmelos; me parecen unos bichos horrorosos y extraterrestres familia del cefalópodo ese que salía en Alien.
En una esquina un chico tocaba un blues como los mísmísimos ángeles, y me he parado a escucharlo. Por la calle se ha acercado una rubia potente y hermosa y ni ha mirado, ha pasado de largo ajena totalmente a que esa canción se escribió para alguien como ella y he pensado en lo justo e injusto del sentido de algunas cosas. Pienso que alguien debería haberle gritado...¡Rubia, a Gary moore no se le hace ese desprecio aunque se tenga un culo como el tuyo! También he pensado que las casas viejas tienen alma y que tal vez yo soy una casa vieja.
Esta tarde he recibido una llamada de mi cuñada llamándome degenerado por mi poco apego a la familia; la verdad es que viniendo de alguien que es simpatizante de opus dei me ha parecido todo un piropo. Algo bueno me tenía que pasar hoy, digo yo.

2 comentarios:

puri dijo...

Vaya día que has tenido, sintiendo el mal humor que transmites y lo crítico que estás en todo... no sé si ponerte un comentario para darte ánimos (que en días así es mejor pensar en eso de ver la botella medio llena) o...........pasar de largo sin decirte nada .... de todas formas Un saludo.

juanma dijo...

Pasa de largo, de puntillas o como quieras, pero pásate de vez en cuando; que me gusta verte. Un saludo.