Según no sé que estudios de no sé que universidad, el enamoramiento es un proceso químico y hormonal que tiene caducidad. Se estima que el tiempo medio de duración es de un año y medio, tras el cual sobreviene la rutina y el declive. A ver…analicemos los pros y los contras de tal afirmación. ¿Se supone que toda relación que sobreviva a este periodo lo hace sin amor? ¿A qué da paso esa circunstancia en una relación? Es desesperanzador, pero posiblemente esto dé explicación a muchas cosas que entendemos como simples fracasos.
Lucía Etxebarría aseguraba en “ya no sufro por amor” que estamos condicionados y programados para el sufrimiento y la dependencia emocional, que las mismas canciones que hemos escuchado y amado desde siempre se han encargado de que así sea con letras como “no puedo vivir sin ti”, “moriré si te vas”, “sin ti mi vida es gris” y otras exquisiteces por el estilo. Imagino, según estas teorías, la balada perfecta diciendo: “lo que siento por ti es una reacción química fungible” y también oigo en mi cabeza el bolero correcto expresando: “no digas ni pío que me coartas” o “si follas con otro lo comprenderé”...
Esta señorita, después de haberse enrollado con el ciento y la madre de tíos que le han hecho llegar a esa conclusión, propone vivir en una especie de desvinculación afectiva sobre la que impere la independencia; como si eso fuera así de sencillo. Ya comentó Gala en alguna ocasión que esta chica está algo rayada, pero lo cierto es que, sin llegar a esos extremos, no estaría mal tomar nota de esos principios, que al perecer ha plagiado de no sé que psicólogo con el que ahora anda de litigios.
Yo comprendo que una mujer que se separa lo primero que piensa es: “¿qué necesidad tengo yo de liarme con otro tío?”. Es más, precisamente al separarse pueden darse el atracón con todos los que quieran sin tener que sufrir los malos rollos de los celos y la rutina. Las habrá que lo hagan y vivan a gusto; yo de estas conozco pocas; más bien conviven con un incómodo vacío del que rehusan desprenderse. Pero las habrá también que se encapricharán de algún maromo, con suerte, durante este año y medio del que hablan los estudios que mencioné anteriormente.
Yo comprendo que una mujer que se separa lo primero que piensa es: “¿qué necesidad tengo yo de liarme con otro tío?”. Es más, precisamente al separarse pueden darse el atracón con todos los que quieran sin tener que sufrir los malos rollos de los celos y la rutina. Las habrá que lo hagan y vivan a gusto; yo de estas conozco pocas; más bien conviven con un incómodo vacío del que rehusan desprenderse. Pero las habrá también que se encapricharán de algún maromo, con suerte, durante este año y medio del que hablan los estudios que mencioné anteriormente.
Vale, eso es lo que hay, y yo estoy en pleno proceso de cambiar el chip para adaptarme a esa realidad. Es lo más inteligente. Me voy a enamorar para toda la vida durante un año y medio. Voy a vivir los ardores del sexo, durante ese tiempo con la pareja de turno, si la hay, como si atracara en puerto ajeno cada día. Me voy a olvidar de la fecha de caducidad para que no se me enturbie la relación, voy a hacer cada viaje como si fuera luna de miel, las cenas como si cada noche la tentación bajara a mi apartamento y cuando llegue el momento…a vivir alegremente la jodienda de la ruptura. ¿A que mola? O… ¿Es mejor tener amigas con las que echar un aséptico polvete de vez en cuando?, ¿es mejor divertirse con los amigos, vivir con libertad y recurrir a los puticlubs una vez al mes?,¿sería más adecuado, sobrepasados los cuarenta, encauzar las energías sexuales hacia una vida interior más profunda?, ¿y si me la pica un pollo?
…¿Quién habló de crisis existencial?…con lo fácil que es adaptarse. Lo que no sé es por qué cada día bebo más y me encuentro más inseguro y desmotivado. Precisamente ahora que he entendido la dinámica de la caducidad. Precisamente ahora que cambio, felizmente, de chochete cada año y medio.
…¿Quién habló de crisis existencial?…con lo fácil que es adaptarse. Lo que no sé es por qué cada día bebo más y me encuentro más inseguro y desmotivado. Precisamente ahora que he entendido la dinámica de la caducidad. Precisamente ahora que cambio, felizmente, de chochete cada año y medio.